Fútbol a pie de mina

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Encuentro de fútbol entre mineros y trabajadores de la Compañía los Guindos. Campo de deportes del Poblado minero El Guindo (La Carolina, Jaén), al pie del pozo y lavadero de La Manzana. Foto gentileza José Gea Rozas. Fondos Documentales Museo de La Carolina

 

Entre las muchas fotografías e imágenes de las minas del antiguo distrito Linares-La Carolina, la maquinaria, las instalaciones y los edificios solían ser el centro de las miradas (todo un símbolo del progreso tecnológico, industrial y económico de las cuencas mineras). Pero pocas recogían las vivencias de los mineros y sus familias. Conforme se fue accediendo a la popularización de la fotografía, dejando de ser cosa exclusiva de las fotos oficiales de las compañías, se pudieron guardar para la memoria la vida de los mineros fuera de los pozos y casas de máquinas. Gracias a antiguos mineros y muchas familias carolinenses, en los fondos documentales del Museo de La Carolina podemos encontrar esos testimonios de vida. Y, repasando esas viejas fotos, nos llama la atención una en la que se quedó inmortalizado un encuentro de fútbol entre mineros y trabajadores de la Compañía los Guindos, al pie del pozo y lavadero de La Manzana.

Sabemos que el fútbol es un deporte de origen británico y que su introducción en nuestro país está estrechamente vinculado con las cuencas mineras (Río Tinto, Huelva, y el Río Tinto English Football Club en 1876, como precursor del decano Huelva Recreation Club en 1889) y con los ingenieros y trabajadores ingleses que eran enviados a España por sus compañías ferroviarias (la Lancashire and Yorkshire Railways, impulsa el Albacete Football Club a finales del XIX), o de telégrafos y cables submarinos (caso de Vigo y la creación del Exiles Cable Club en 1873).

La Revolución Industrial, de la que Inglaterra era una de las naciones más aventajadas, hizo que tecnología, ingenieros, técnicos, empresarios y empleados británicos se afincasen por el resto de países, importando también sus costumbres, aficiones y modos de vida. Solían formar comunidades, muchas veces aisladas o cuanto menos manteniendo ciertas distancias con la población autóctona local, y para poder relacionarse entre ellos, casi con exclusividad, fomentaban casinos y clubes recreativos.

El distrito minero Linares-La Carolina va a recibir una notable influencia inglesa desde mediados del siglo XIX. Grandes capitales y empresarios como los Taylor (que crean en 1849 la Linares Lead Mining), los Sopwith (con la Spanish Lead Company), o los Haselden (The New Centenillo Silver and Company), continúan con sus costumbres y deportes en lugares tan inhóspitos como El Centenillo (en plena Sierra Morena), practicando el tenis, el billar o el fútbol, a la par que introducen los grupos de Boys Scouts, las iglesias evangélicas y los colegios bilingües, y todo ello entre una población local mayoritariamente analfabeta, bajo condiciones muy duras de trabajo y arrastrando mucha miseria, que no sabía ni conocía lo que era el ocio o el deporte más allá de los tradicionales juegos infantiles (cuando además la infancia duraba muy poquito, pues desde muy jovencicos debían ponerse a trabajar duro).

Desde aquellos círculos de ingleses, se impulsó la creación de equipos de fútbol en España hacia finales del siglo XIX, que despiertan gran entusiasmo en algunos puntos y cuencas mineras

Desde aquellos círculos de ingleses, se impulsó la creación de equipos de fútbol en España hacia finales del siglo XIX, que despiertan gran entusiasmo en algunos puntos y cuencas mineras. Se adecúan y se construyen campos de fútbol en las inmediaciones de los pueblos mineros, como es el caso del campo de El Centenillo (Baños de la Encina, Jaén), que se considera, junto al de Río Tinto, de los más antiguos de España; para el que se habilitó una explanada en la zona llamada de Los Rosales o de Los Pocicos, al pie del mítico pozo El Mirador, construyendo una amplia grada tallada en el terreno, que aún hoy se mantiene y conserva en silencio.

Equipo del Centenillo Balompié
Foto gentileza de Juan Jiménez Hita y la Asociación Amigos de El Centenillo.
Fondos Documentales Museo de La Carolina

 

Las propias compañías mineras van a contribuir a fomentar el deporte como parte de ciertas medidas de asistencia social para los mineros en un intento de hacer algo más atractivo y llevadero el sacrificado oficio de minero y las afecciones profesionales que conllevaba (anquilostomiasis, silicosis, accidentes, riesgo, falta de auxilios sociales, etc..). Era una manera de asegurar que los mineros estuviesen «contentos» y no les faltase mano de obra para bajar a las entrañas de la tierra y extraer el brillante plomo plateado de estos filones serreños. Hay que tener en cuenta que la distancia entre los puntos de población más cercanos a algunos cotos mineros era demasiada para la ida y la vuelta a pie de los trabajadores, por lo que las compañías van a establecer casas para los mineros junto a las minas, levantándose verdaderos pueblos en nuestro distrito, como El Centenillo y Los Guindos, con infraestructuras y edificios de iglesia, escuela, economato, mercado, cuartel de la Guardia Civil, botica o dispensario, etc., más una serie de pequeños núcleos dispersos con menos servicios y entidad junto a las minas de El Sinapismo, las Belmaras (coto Virgen de Araceli), la Culebrina, la Rosa, San Fernando,…….

 

Como decíamos, las compañías mineras promueven el entretenimiento para sus trabajadores, sufragando las fiestas en honor a la patrona Santa Bárbara, organizando verbenas y veladas, incluso la proyección de películas de cine, y en deportes se populariza el fútbol, organizando encuentros y campeonatos locales o regionales. Al principio, estos equipos no gozaron de ningún reconocimiento oficial, pero con su popularización a primeros del siglo XX se empiezan a registrar asociaciones y campeonatos, que irán dando origen a los equipos nacionales más antiguos, los clubes de fútbol de Sevilla, Madrid, Huelva, Bilbao, Albacete, Barcelona, Almería, el Betis, …. En 1909 se funda en Madrid la Federación Española de Clubs de Football, que en 1913 se convierte en la Real Federación Española de Fútbol, y arranca la historia de nuestros grandes campeonatos: la Copa del Rey y la Liga.

Equipo del Centenillo- Años 50-60
Foto gentileza de Dª. María Dolores Crivillé y la Asociación Amigos de El Centenillo.
Fondos Documentales Museo de La Carolina

 

En La Carolina, los equipos mineros de El Centenillo y Los Guindos, promueven también la aparición temprana de un equipo local, el Sportivo Carolinense, que, desde 1920, es llamado a diversos campeonatos por ser un equipo «muy potente». Así se recoge en el noticiero del periódico La Independencia de Almería1, la celebración el 22 de agosto de 1922 de un gran match de foot-ball con motivo de las fiestas patronales de aquella ciudad, entre el Almería Foot-ball Club y el Sportivo Carolinense, como «un equipo que ese año llevaba una racha de victorias contra equipos de Córdoba, Jaén y Linares». La nota de prensa del día siguiente nos dice que vencieron los almerienses por 3 goles a 1, jugando el carolinense bien por bajo y con pases cortos, sobresaliendo los defensas extremo derecho y medio izquierda.

Al margen del equipo local del Carolinense, continuaron activos los equipos mineros, que eran sostenidos por las compañías mineras.

 

Al margen del equipo local del Carolinense, continuaron activos los equipos mineros, que eran sostenidos por las compañías mineras. La Sociedad Los Guindos se encargaba de dotar de equipación y balones, así como de vallar y acondicionar el campo de fútbol, que pronto se convirtió en campo de deportes con la instalación de canchas de baloncesto, equipo que también sostuvo esta compañía minera. El equipo de Los Guindos llegó a estar federado y a participar en campeonatos provinciales, ganando numerosos premios. El facultativo de minas ya jubilado, D. José Gea Rozas, que trabajó para los Guindos y que fue portero y jugador en algunos encuentros, recuerda una victoria aplastante por 19 goles a 0 del equipo minero contra el Bailén, conservándose en el Taller del pozo La Manzana un recorte de periódico y un trofeo que testimoniaba orgullosamente aquella hazaña deportiva de los esforzados y desgastados mineros.

Cartel anunciador del encuentro en La Carolina entre una Selección Alemana y el Grupo Empresa Los Guindos. 1954
Foto gentileza familia D. Diego Luis González.
Fondos Documentales Museo de La Carolina

 

Otro encuentro destacable que llama mucho la atención es el celebrado en La Carolina, en el Campo Deportivo de Las Delicias (donde hoy se encuentra el Instituto de Secundaria Martín Halaja), el domingo 4 de abril de 1954 2 entre los equipos de Los Guindos y una Selección Alemana integrada por los encargados de la empresa de construcción del embalse del Guadalén, del que conservamos en el museo el anuncio gracias a la gentileza de D. Diego Luis González y su familia.

La rivalidad deportiva al pie de las minas se producía también entre equipos de trabajadores de la propia compañía, como los equipos Voltio C. F., conformado por empleados en las instalaciones eléctricas, y el R.C. Grasa con miembros de los talleres, que en 1970, disputaron un «emocionante encuentro» en el campo San Juan Evangelista de La Carolina (campo de tierra que aún existe), en cuyo anuncio se recoge la alineación de ambos equipos, citándose simpáticamente a los jugadores por sus nombres y por los motes con los que se les conocía: Perico el Diente, El Nene, El del Veredón, Cañonazos, El Fundi, El Hojolata. Como se puede ver en el programa que anuncia el encuentro, el personal directivo también estaba muy implicado en la práctica del fútbol, siendo el entrenador del Voltio, D. Luis Lomas, Jefe Facultativo en la empresa, además de profesor en el Instituto Laboral; y por parte del equipo de la Grasa, D. Marcelino López, Jefe de Taller de la empresa. Contaba cada equipo con masajista, y el trofeo lo había donado el equipo médico de la compañía.

La Sociedad Minero Metalúrgica los Guindos, no escatimó en poner medios para contentar a sus empleados con este tipo de acciones sociales, siendo hoy unos recuerdos imborrables en la memoria de muchos mineros y en la memoria colectiva de este pueblo

Izquierda: Programa del partido de fútbol entre los equipos Voltio C.F. y R.C. Grasa de los Guindos. 1970.
Foto gentileza D. José Gea Rozas.
Fondos Documentales Museo de La Carolina

Sin duda, estos encuentros deportivos implicaban a gran parte de la compañía, y contribuyeron en gran medida a favorecer la convivencia entre directivos y empleados, haciendo olvidar por unos momentos la tragedia que se vivía diariamente de compuertas para abajo. Como otras grandes compañías, la Sociedad Minero Metalúrgica los Guindos, no escatimó en poner medios para contentar a sus empleados con este tipo de acciones sociales, siendo hoy unos recuerdos imborrables en la memoria de muchos mineros y en la memoria colectiva de este pueblo. Momentos de esparcimiento que se agradecían mucho en una realidad social de muchas carencias y continuos dramas familiares, de los que no se huía ni con la taranta ni con las paradas en los ventorros y tascas. Los que vivimos en cuencas mineras y somos descendientes de mineros, cada vez que miramos a la sierra y vemos blanquear los muros de las minas en ruinas, tenemos agarrotado el corazón entre las buenas historias de aquellos momentos míticos en que se convivía estrechamente en fiestas, ferias y encuentros deportivos, y en aquellos otros momentos en que se enterraban hombres muy jóvenes que dejaban viudas y huérfanos en la silla de la caridad. El fútbol dio un respiro al ahogado pulmón del minero, cuando aquí ni siquiera se sabía pronunciar -goal- , y eso se le agradece a las compañías mineras, pero también podían haber traído antes la mecanización y las mejoras en el interior de los pozos y galerías, la inyección de agua para los martillos perforadores, la ventilación asistida, la declaración de la silicosis como enfermedad profesional, ……etc. Fuera de la mina, en la superficie, había un mundo muy distinto al intrincado laberinto subterráneo al que bajaba la jaula. Contrastes para los que no terminamos de hallar explicación ni justificación, pero que forjaron un paisaje y una cultura minera tan querida como odiada.

Arriba: Equipo de Los Guindos con D. Marcelino López. Campo de tierra San Juan Evangelista de La Carolina. 21 de junio de 1960.
Foto gentileza D. José Gea Rozas.
Fondos Documentales Museo de La Carolina

 

Los descendientes de aquellos mineros, con ese sentimiento agridulce, semejante al del fruto de la granada, con ese aspecto externo colorido y apetitoso, pero con ese sabor dulzón pero que se agarra con cierto amargor, nos sentimos orgullosos de saber que el primer fútbol que tanto enloquece a nuestro país, se jugó en las explanadas de nuestras minas. Y aunque las estrellas futbolísticas de los grandes equipos de la liga eclipsen el origen tan humilde de este deporte, en estas tierras de Sierra Morena, seguiremos siendo forofos del Voltio, de la Grasa, del Centenillo y del Sportivo Carolinense, porque siempre serán para nosotros los grandes decanos del fútbol español.



[1] Y en, GÓMEZ DÍA, Donato; MARTÍNEZ LÓPEZ, José Miguel; «El deporte en Almería 1800-1939. Una historia sobre el ocio y la formación de la identidad provincial.» . Universidad de Almería, Servicio de Publicaciones, Instituto de Estudios Almerienses. Almería, 2001. ISBN: 84-8240-341-9

[2] Aunque en el anuncio no figura el año, debió ser en los primeros años de 1950, pues fue cuando se puso en marcha el Plan Jaén y la construcción del embalse del Guadalén, que se terminó en 1954, año en el que el 4 de abril caía en domingo, por lo que creemos que debió ser ese año el del encuentro.

 

Pedro Ramos Miguel
Director Técnico Museo de La Carolina y Cronista Oficial de La Carolina


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